Una propuesta ambiciosa de California tiene como objetivo reducir la producción de plástico para productos de un solo uso, como botellas de champú y envoltorios de alimentos, en un 25 % a partir de la próxima década, como parte de un esfuerzo por controlar la contaminación del material omnipresente.
Un proyecto de ley presentado el pasado jueves por la noche tiene como objetivo reunir a los grupos ambientales y empresariales para evitar una medida electoral similar programada para presentarse ante los votantes en noviembre. Pero al menos dos de los tres proponentes de la medida electoral aún no están a bordo.
El senador demócrata Ben Allen, el autor del proyecto de ley, dijo que si se aprueba, la propuesta convertiría a California en un líder en la reducción de los desechos plásticos al enfocarse en eliminar el plástico en la fuente, no solo en reciclarlo una vez producido.
Según el proyecto de ley, la reducción del 25% en plástico de productos de un solo uso comenzaría en 2032. Se aplicaría a los productores de productos como detergente para ropa, pasta de dientes y envoltorios de alimentos, así como a empresas como Amazon que empaquetan productos para enviar por correo. Tendrían que reemplazar el plástico con otros materiales, reducir sus envases o comercializar los productos como reutilizables y facilitar que los consumidores lo hagan. No se aplicaría a las botellas de agua u otras bebidas, que están reguladas por diferentes leyes de reciclaje.
Más allá del plástico, los productores de todos los productos de un solo uso, incluso los hechos de papel o vidrio, deberían asegurarse de que el 65 % se recicle para 2032. Se estima que menos del 10 % del plástico en los Estados Unidos se recicla ahora.
Los fabricantes de productos de un solo uso tendrían que unirse a “organizaciones de responsabilidad del productor” que implementarían las reglas con supervisión estatal. Las organizaciones tendrían que recaudar $500 millones anuales para un fondo estatal de mitigación de la contaminación por plásticos. Los productores que no sigan las reglas podrían recibir una multa de $ 50,000 por día.
La legislación fue producto de largas negociaciones entre la oficina de Allen, grupos ambientales y empresariales. Allen dijo que no espera que la industria del plástico apoye el proyecto de ley. Pero espera que no cabildeen en su contra porque puede ser más aceptable que la medida electoral y significaría que no tienen que gastar dinero tratando de derrotarla.
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